“¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío. Bienaventurados los que habitan en tu casa; Perpetuamente te alabarán. Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos”
Hoy debemos entender que dependemos por completo del Creador cada vez que respiramos. Su inmutabilidad es una consolación firme. La Palabra de Dios nos dice que no debemos confiar en criaturas, pero si en Dios. Jeremías 17:5“Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová”.
No importa lo inestables que seamos, lo inconstante que sea todo a nuestro alrededor, Dios no cambia. Si cambiara como nosotros, si pensara hoy una cosa y mañana otra distinta, ¿cómo podríamos colocar nuestra confianza en Él? Pero, Él siempre es el mismo, sus propósitos son fijos, su voluntad estable, su Palabra segura y su amor eterno.
Por eso, así como el salmista debemos tener un lenguaje de gratitud y amor hacia Él. Cuando amamos a alguien, en todo momento queremos estar con esa persona. Debemos anhelar la presencia de Dios, amarlo y amar a su iglesia, a nuestros hermanos en la fe que son el templo del Dios vivo.
“Cuán amables son tus moradas”; quiere decir que el lugar donde nos encontremos con Él, debe ser un lugar de gozo, donde queramos estar. Encontramos gozo, no en el hermoso edificio, sino en la oración, el canto, la enseñanza, la predicación y la comunión.
Nuestro ser debe anhelar estar en comunión con él y adorarlo. “Todo nuestro corazón y nuestra carne”, es decir nuestra alma y cuerpo deben estar involucrados en esa adoración. La analogía del gorrión y la golondrina que hallan casa y nido cerca de los altares de Dios, enfatiza que el lugar de seguridad y descanso es cuando vivimos bajo el amparo y el cuidado de Dios.
Este salmo encierra tres bienaventuranzas: “Bienaventurados los que habitan en tu casa. Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos. Dichoso el hombre que en ti confía”. Es dichoso, es feliz, aquel que vive en comunión con Dios y confía en su poder. Cuanto más nos demos cuenta de nuestra flaqueza y debilidad humana, es cuanto más debemos apropiarnos de las fuerzas de Dios, para ser capaces y fuertes ante las circunstancias de la vida. Todas las dificultades se cambian en oportunidades de servicio y crecimiento, cuando permanecemos con Dios. Cuando tomemos en serio su palabra y confiemos plenamente en Él, entonces sus caminos estarán verdaderamente en nuestro corazón.
Recordemos, que Dios siempre nos dará los medios para andar en sus caminos, pero somos nosotros los que tenemos que caminar.
Amado Señor, cuanto anhelo estar cerca de ti. En tu presencia hay plenitud de gozo y delicias a tu diestra. Dame tu fuerza para resistir las tentaciones y situaciones adversas de la vida, mi confianza está puesta solo en ti, Dios de mi salvación. Quiero que tus caminos siempre estén en mi corazón. Amén.
1.- Lee la palabra de Dios “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” Juan 3:16-17 2.- Reflexiona ¿Cuántos de nosotros en nuestra juventud recibimos cartas de amor? En ellas nos expresaron las más bellas palabras de amor, la gran admiración que sentían por nosotros, incluso quedaron plasmadas un par de promesas. Cada vez que las leíamos suspirábamos pues no podíamos creer todo lo que estaba escrito. Hoy escuché una canción titulada de esta manera: “Carta de amor” , en ella el artista habla, no sobre un amor de juventud, sino que narra una declaración de amor que nuestro Amado Jesús ha hecho a la humanidad, aquella carta no está escrita en un papel, ni con tinta que pudiera borrarse, sino en una cruz y con su preciosa sangre, en esa cruz se expresan más que palabras o promesa
1.- Lee la palabra de Dios Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. Lucas 6:27-36 2.- Reflexiona En griego la palabra calumnia es “diabolos” , la misma que se utiliza para el diablo, que es el “acusador” . Y observemos como hoy en día, es una tendencia muy común levantar falso testimonio. Cuando nos hablan de otra persona, que de por si el hecho ya es sospechoso, ¿nuestra reacción es creer lo que se dice inmediatamente? ¿o tomar una actitud de sospecha? Es el engaño más viejo del Diablo, hablar malas cosas de alguien. Cuando Adán y Eva fueron engañados en el paraíso, el primer ataque de Satanás fue calumniar al mismo Dios, para romper la confianza de ellos y su comunión con Dios ( Génesis 3:4-5 ). El diablo sabía que, si podía insertarles una semilla de duda, esta germinaría en el corazón del hombre, logrando separación o distancia y luego ellos pecarían atacan
1.- Lee la palabra de Dios “Entonces María dijo: engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre, y su misericordia es de generación en generación a los que le temen.” Lucas 1:46-50 2.- Reflexiona El verdadero gozo de la Navidad está en Jesús, pues solamente en Él podemos encontrar el verdadero Amor, ese amor que produce un gozo que es espiritual y que viene de una relación de intimidad con Dios por medio de la fe. ( Gálatas 5:22-23 ). En María, aquella joven virgen que tuvo el privilegio de llevar en su vientre al Salvador de la humanidad, podemos ver el Gozo del Amor, ella nos da ejemplo y nos muestra la manera de poder experimentar de forma real el gozo que es producido gracias a tener al verdadero Amor en su vida. María puede exaltar en su alma al Señor y regocijarse en su e
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