Falsos profetas
“No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos profetizaban. Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras.”
Jeremías 23:21-22
Cuando, como siervos de Dios, no estamos en su presencia, dejamos de ser sensibles a la voz de su Espíritu y estamos arriesgando ser dirigidos por nuestra carne, entonces empezamos a adoptar las prácticas de los falsos profetas: hablar aquello que endulza el oído del oyente, que no lo confronta ni le dice la verdad; cumpliéndose así lo que advierte la escritura para estos tiempos: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,” (2 Timoteo 4:3).
Así que, estamos llamados a ser verdaderos profetas de Dios, no anunciando lo que venga a nuestra imaginación, sino lo que dice la palabra de Dios en el contexto correcto y con la guía del Espíritu Santo.
Padre, quiero permanecer en ti, gozarme cada día viviendo una vida devocional, encontrándome contigo en la intimidad para tener entendimiento de tu palabra y poderla obedecer. En el nombre de Jesús, amén.
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