Campo espiritual en ruinas



1.- Lee la palabra de Dios


Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.

 Mateo 13:4


2.- Reflexiona

En el devocional anterior concluimos que al no creer que hemos sido renovados por el Señor o al creerlo y tender a olvidarlo, vivimos de manera equivocada, pues creemos que nuestro campo (vidas) no es apto para poder dar fruto cuando recibimos la Palabra, y a esto es lo que se refiere el Señor con esta parte del pasaje, que tendemos a olvidar lo que Él nos ha enseñado porque no hemos permitido que su palabra penetre en nuestras vidas, a causa de nuestra dureza.


Al no permanecer la semilla (Palabra de Dios) en la vida de nosotros los creyentes nos hace más propensos a vivir de manera errónea, con campos espirituales en ruinas, sembrando y cosechando lo incorrecto, pues al faltarnos entendimiento y la sabiduría de Dios, no sabemos qué sembrar ni cómo cuidar nuestro campo, tal como le pasó a este hombre en Proverbios 24:30-31 “Pasé junto al campo del hombre perezoso, Y junto a la viña del hombre falto de entendimiento; Y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, Ortigas habían ya cubierto su faz, Y su cerca de piedra estaba ya destruida." ¡Es increíble que como creyentes nos acostumbremos a vivir entre espinos, ortigas y con la cerca del campo destruida! Al tener un campo espiritual bajo esta condición lastimosamente hace que demos de lo que tenemos: Palabras hirientes, que son como esas espinas que chuzan, hieren los sentimientos de mi prójimo, o que son como ortiga que termina produciendo molestia cuando se reciben.


¿Qué hacer si tengo un campo espiritual de esta manera? Buscar la sabiduría de Dios (Santiago 1:5), pues recordemos que vivimos en un campo espiritual en ruinas por falta de entendimiento, pero para que esta sabiduría llegue a nosotros debemos reconocer que la necesitamos, porque quizás nuestra falta de entendimiento es porque pensamos que lo sabemos todo y que no necesitamos aprender más, pero si nos humillamos delante de Dios y reconocemos que hemos sido necios creyendo que somos sabios en nuestra propia prudencia, Él nos escuchará y alumbrará nuestro entendimiento, para ya no vivir en ruinas, sino de la manera en la que Dios lo desea, con un campo espiritual lleno de buen fruto.

3.- Oración

Padre, no quiero tener mi campo espiritual en ruinas, quiero que él se vea como tú lo deseas, lleno de fruto para tener qué compartir con los demás. Ayúdame a mantenerlo limpio y ordenado por la meditación constante en tu palabra pues quiero conservarlo tal como Cristo me lo entregó, amén.



4.- Alaba a Dios


5.- Reenvía y comparte

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