Idolatría pura. Parte 2

 




1.- Lee la palabra de Dios

“Los ídolos de las naciones son plata y oro,
Obra de manos de hombres.
Tienen boca, y no hablan;
Tienen ojos, y no ven;
Tienen orejas, y no oyen;
Tampoco hay aliento en sus bocas.
Semejantes a ellos son los que los hacen,
Y todos los que en ellos confían.”



2.- Reflexiona

El apóstol Pablo viendo la idolatría de un pueblo griego por el que pasaba, en el cual adoraban muchos dioses, les dijo la verdad con amor pero contundentemente: “Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres” (Hechos 17:29); también en la carta dirigida a los Romanos, inspirado por el Espíritu Santo, claramente explica en detalle que tampoco se rinde culto a las criaturas, es decir, a los seres creados por Dios, solamente a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, un solo Dios verdadero (Romanos 1:22-25Juan 10:30-33Lucas 3:22).


Cuando creemos en Cristo verdaderamente, Él viene a morar en nuestro corazón, somos hechos templos del Espíritu de Dios y podemos ir en todo momento a comunicarnos con Dios directamente, por la gracia de Cristo, sin intermediarios humanos; así que, tampoco debemos pensar equivocadamente que es un Dios lejano. Esto se revela en la Biblia como comunión: “lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.” (1 Juan 1:3), la unión espiritual con el Padre y con el Hijo, por medio de su Espíritu que mora en cada creyente.
Por lo tanto, en una verdadera relación pasamos tiempo con la persona real, de ninguna manera con la imagen o ídolo; por esto, este es el argumento más fuerte en contra de la idolatría pura: los creyentes hemos experimentado una relación con la persona de Jesucristo, con un Dios vivo, que habita en nosotros y están sus oídos atentos a nuestras oraciones (1 Pedro 3:12).


Así que, teniendo libre acceso a la presencia de Dios, no perdamos nuestro tiempo, fuerza y confianza usando intermediarios que no tienen atributos divinos, que no oyen nuestras oraciones ni tampoco hacen milagros.


Y tú ¿de qué manera te acercas a la presencia de Dios?



3.- Oración

Padre amado, que se haga tu voluntad en mi vida, que conociendo cada vez más a Jesús me identifique plenamente con Él, teniendo una relación viva y una comunión permanente; guíame con tu Santo Espíritu para que todo el fruto de amor sea manifestado en mi vida. En el nombre de Jesús y con la comunión de tu Espíritu Santo, amén.



4.- Alaba a Dios



5.- Comparte






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