El amor del Espíritu
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”
Hemos visto en los anteriores devocionales el amor del Padre como un amor protector, proveedor y amoroso, con la impactante revelación de que este amor es amoroso porque como Padre bueno nos disciplina con amor, para nuestro bien. Hemos también aprendido que el amor del Hijo es un amor sacrificial, fiel, entregado, pero sobre todo es un amor en acción que es descrito de manera maravillosa en 1 Corintios 13:4-7, “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”, sí, el Hijo lo soportó todo por amor a nosotros, ¡qué profunda y real demostración de amor!
Padre, tu amor revelado y derramado en mi corazón a través de tu Hijo y tu Espíritu, reconfortan mi ser; gracias por amarme tanto; gracias por llenarme en todo. Oro para que tu gracia sea dada a los demás a través de mi vida, amén.
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