Que se conviertan ellos a ti
“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.”
Cuando leemos el relato de la caída del hombre en Génesis 3, podemos ver cómo Eva es fuertemente influenciada por la serpiente quien, en ese momento, representa a Satanás. Observamos que su modo de operar fue acercarse a ella, llamar su atención, alterando lo que Dios le había dicho, lograr una conversación con ella y en medio de esta, con su insistencia, convencerla de que Dios la había engañado. Finalmente, la mujer envuelta por la mentira de Satanás y cediendo a sus deseos carnales, decide desobedecer a su Creador.
Padre, que tu amor, la gracia de nuestro Señor y la comunión con tu Espíritu, me permitan ser tu instrumento para llevar tu verdad y así alumbrar la vida de los demás, amén.
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