Somos la luz del mundo
“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
Regularmente como creyentes, cuestionamos el hecho de tener que compartir tiempo o alguna actividad con personas que no comparten nuestra fe o que no son cristianos, pues no nos sentimos cómodos o no es de nuestro agrado estar en un ambiente diferente al que tenemos cuando estamos entre creyentes. Pues si bien estamos llamados a tener compañerismo entre cristianos, para edificarnos mutuamente y estimularnos al amor y a las buenas obras (Hebreos 10:24), esto no quiere decir que no debamos compartir o relacionarnos con los que todavía no son cristianos.
Padre, que toda actitud de rechazo e indiferencia con aquel que todavía no te reconoce, sea cambiada por una correcta disposición, para que con toda humildad y amor pueda reflejar tu misericordia y bondad, por Jesucristo nuestro Señor, amén.
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