La procrastinación. Parte 3

 




1.- Lee la palabra de Dios

“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” 

Santiago 1:22



2.- Reflexiona

¿Has reflexionado sobre cómo hay cosas que utilizamos, como justificación, para procrastinar? El día de hoy Dios nos revelará una, la oración. Quién pensaría que en ocasiones aún la oración la usaríamos como excusa para procrastinar, y a través de una situación en particular que vivió Moisés veremos el por qué decimos esto.


Si nos dirigimos al libro de Éxodo capítulo 14 podremos ver cómo las Escrituras nos relatan que el pueblo de Israel habiendo sido sacado de Egipto, gracias a la mano poderosa de Dios y usando a Moisés como instrumento, se encontraban frente al mar rojo; al estar los Israelitas en aquel lugar daban la impresión ante el Faraón que estuvieran encerrados entre la tierra de Pi-hahirot y el desierto, y precisamente esto era lo que Dios quería que los Egipcios creyeran, pues al creerlo daría como resultado que el Faraón y su ejército salieran tras el pueblo escogido de Dios para perseguirlos, y una vez esto hubiera sucedido, el Señor pudiera mostrar Su gran poder ante ellos, su pueblo, y el mundo en general, para así ser glorificado por todos.


Pero ¿qué pasaba en ese instante con Moisés y el pueblo de Israel? El pueblo estaba desesperado porque sabían que venían tras ellos, y pensaban que si eran capturados morirían en ese momento, es ahí en donde los vemos anhelar aquella antigua esclavitud, pues para ellos era preferible estar “vivos” siendo esclavos, que morir intentando ser libres; este pueblo no paraba de clamar a Dios y de reprochar a Moisés por haberlos sacado de Egipto. Mientras tanto Moisés al escucharlos, les recuerda que no deben temer, que estén firmes y se dispongan a ver la salvación que Jehová haría, añadiendo además palabras de aliento tan extraordinarias como: “Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” (Éxodo 14:14); pero en el lapso de este versículo 14 y el 15 podemos ver un pequeño cambio en Moisés, pues pasamos de ver a un hombre: tranquilo, confiado en el Señor, a uno que solamente no paraba de orar, hasta que de repente llega la intervención de Dios: “¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen” (Éxodo 14:15), ¡Wow! un gran llamado de atención para Moisés porque ya no era el momento de orar, era tiempo de marchar, de actuar, de no procrastinar, pues el actuar en ese momento era una cuestión de vida o muerte y no había más tiempo para orar, era hora de poner la vara sobre el mar y dividirlo en el nombre del Señor para que todo el pueblo judío pudiera pasar.


Hermanos, la oración es vital, pero no la podemos tomar como excusa para procrastinar, pues si algo hemos aprendido de Jesús es que se necesita orar y actuar; pensemos ¿Qué estamos perdiendo mientras estamos sin movimiento o sin cumplir con lo que Dios nos ha encomendado? Seamos diligentes, oremos, confiemos en Dios, pero también actuemos en Su nombre, pues es en el actuar en donde Cristo manifiesta Su poder.



3.- Oración

Padre, me estás llevando a comprender cada vez más que a éste conocimiento de tu palabra le tengo que añadir acción, pues como me lo has enseñado, más bienaventurado es aquel, que no solo se contenta con oír tu palabra, sino el que termina practicándola, amén.



4.- Alaba a Dios



5.- Comparte






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