“Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.”
Aunque algunos ostentan riquezas materiales, lujos, placeres, entre otras cosas, todas perecederas o temporales, no tienen lo más importante: paz interior. Y esta paz solo la puede dar Cristo. La paz que viene de conocer y entender que Dios, a través de Cristo, nos salvó de nuestra condición, pues lo habíamos perdido todo por el pecado, realmente estábamos en la miseria (enfatizando que no se trata de riquezas materiales sino espirituales), pues como lo dijo el Señor Jesús: “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” (Mateo 16:26).
No había riqueza humana que pudiera pagar el precio por nuestra alma, destinada al ocaso, al más profundo foso de oscuridad; sin embargo, Cristo intervino y podemos recordar en 2 Corintios 8:9 lo que hizo en nuestra pobreza: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.”.
Sí, se hizo pobre despojándose a sí mismo y haciéndose uno de nosotros, pero sin pecado, para identificarse con la raza humana y poder liberarla, tanto así que se hizo llamar “El hijo del hombre” (Lucas 9:22); nos reemplazó en la cruz, tomando nuestros pecados y pagando el precio de nuestra paz.
Selló su victoria resucitando al tercer día y con esto fuimos resucitados juntamente con Él (Romanos 6:4-6), somos ahora herederos de Dios y coherederos con Cristo (Romanos 8:17), qué noticia tan maravillosa: somos ricos espirituales, somos hijos del dueño de todo, del Creador del universo, por la gracia de Cristo; por lo tanto, no debemos vivir como mendigos espirituales, sino aprovechar todas las riquezas en gloria en Cristo Jesús, que el Padre amorosamente nos ha dado para que generosamente compartamos con todo este empobrecido mundo: sabiduría, amor, paz interior y todo el fruto de su Espíritu a nuestra disposición. Predicar a Cristo es repartir la única riqueza que vale la pena, para dejar la mentalidad de pobreza.
3.- Oración
Padre, que esas riquezas con las cuales has enriquecido cada área de mi vida, cada día las pueda gozar y así mismo compartir con todo aquel que esté empobrecido; gracias por tu inagotable gracia para con nosotros en Cristo Jesús, amén.
1.- Lee la palabra de Dios “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” Juan 3:16-17 2.- Reflexiona ¿Cuántos de nosotros en nuestra juventud recibimos cartas de amor? En ellas nos expresaron las más bellas palabras de amor, la gran admiración que sentían por nosotros, incluso quedaron plasmadas un par de promesas. Cada vez que las leíamos suspirábamos pues no podíamos creer todo lo que estaba escrito. Hoy escuché una canción titulada de esta manera: “Carta de amor” , en ella el artista habla, no sobre un amor de juventud, sino que narra una declaración de amor que nuestro Amado Jesús ha hecho a la humanidad, aquella carta no está escrita en un papel, ni con tinta que pudiera borrarse, sino en una cruz y con su preciosa sangre, en esa cruz se expresan más que palabras o promesa
1.- Lee la palabra de Dios Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. Lucas 6:27-36 2.- Reflexiona En griego la palabra calumnia es “diabolos” , la misma que se utiliza para el diablo, que es el “acusador” . Y observemos como hoy en día, es una tendencia muy común levantar falso testimonio. Cuando nos hablan de otra persona, que de por si el hecho ya es sospechoso, ¿nuestra reacción es creer lo que se dice inmediatamente? ¿o tomar una actitud de sospecha? Es el engaño más viejo del Diablo, hablar malas cosas de alguien. Cuando Adán y Eva fueron engañados en el paraíso, el primer ataque de Satanás fue calumniar al mismo Dios, para romper la confianza de ellos y su comunión con Dios ( Génesis 3:4-5 ). El diablo sabía que, si podía insertarles una semilla de duda, esta germinaría en el corazón del hombre, logrando separación o distancia y luego ellos pecarían atacan
1.- Lee la palabra de Dios “Entonces María dijo: engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre, y su misericordia es de generación en generación a los que le temen.” Lucas 1:46-50 2.- Reflexiona El verdadero gozo de la Navidad está en Jesús, pues solamente en Él podemos encontrar el verdadero Amor, ese amor que produce un gozo que es espiritual y que viene de una relación de intimidad con Dios por medio de la fe. ( Gálatas 5:22-23 ). En María, aquella joven virgen que tuvo el privilegio de llevar en su vientre al Salvador de la humanidad, podemos ver el Gozo del Amor, ella nos da ejemplo y nos muestra la manera de poder experimentar de forma real el gozo que es producido gracias a tener al verdadero Amor en su vida. María puede exaltar en su alma al Señor y regocijarse en su e
Comentarios
Publicar un comentario