El arquitecto de nuestro corazón
El corazón del hombre piensa su camino; Mas Jehová endereza sus pasos.
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
Todos nuestros planes, nuestros anhelos y nuestros sueños, podemos entregarlos en total confianza al Señor.
Hagamos de cuenta que dibujamos el plano de la casa que anhelamos, pero sólo el gran arquitecto celestial tiene la capacidad de revisar los planos, de corregirlos y de proveernos todo lo que necesitamos para construir.
Él no sólo se limita a decirnos qué hacer, sino que Él entrega todo lo necesario para que esos planes sean alineados a su voluntad, corregidos de acuerdo a su propósito, pues su voluntad es agradable, buena y perfecta.
El arquitecto ha diseñado cada detalle de nuestra vida en Cristo. Cuando entregamos nuestro corazón a Jesús, según Jeremías 29:11, estamos confiando una obra en el mejor arquitecto, que ha trazado un rumbo de bendición, aprendizaje y abundancia espiritual para nuestra vida; además ha borrado el pecado que nos esclavizaba y no permitía tener bases sólidas en la construcción.
Hoy reunámonos con el arquitecto de nuestro corazón, es decir Jesucristo, y entreguemos los planos de nuestra propia vida.
Señor, moldea mi corazón de acuerdo a tus propósitos, has diseñado mi vida en Cristo para gozar de toda bendición espiritual y has trazado planes de bendición y no de calamidad a fin de darme un futuro y una esperanza. Gracias mi Señor, Amén.
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