Mi mejor adoración
“Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.”
La tentación del diablo a Jesús que leemos en la porción bíblica de hoy muestra la tentación mayor del maligno, promete darle todos los reinos de la tierra y la gloria de ellos; entre estos reinos estábamos tú y yo, cada uno de nosotros que Jesús anhelaba salvar. Pero resistió la tentación de apartarse del plan preciso del Padre y le responde una verdad que debiera resonar en lo más profundo de nuestro ser: “Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.”
Adorar bíblicamente significa postrarse, rendirse completamente al Rey de Reyes y Señor de Señores, a Cristo. La adoración es exclusiva de Dios, solo a Él adoramos, solo a Él servimos. Incluso cuando servimos a los demás, realmente debemos hacerlo para Él, para su gloria y honra. (Colosenses 3:17).
Padre, por medio de Cristo puedo ofrecerte una adoración en Espíritu y verdad, rindiendo mi corazón para servirte solo a ti porque soy tuyo comprado con la sangre de Jesús para gloria de tu nombre. Amén.
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