Un alma por un alma

 



1.- Lee la palabra de Dios

“He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.”

 Ezequiel 18:4


“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;”

 1 Pedro 3:18


2.- Reflexiona

En el alma están nuestros pensamientos, nuestra voluntad y nuestras emociones o sentimientos. Nuestra alma por el pecado permanecía esclavizada e inclinada a hacer el mal. Es decir, emociones desequilibradas, confusión en nuestros pensamientos, e inclinación a hacer lo malo y a decidir lo que no agrada a Dios, porque tomábamos decisiones que no tenían en cuenta a nuestro Creador.

Si el alma que pecare muere, estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, pero Cristo se ofreció una vez y para siempre por nosotros; en su cuerpo fueron colocados todos nuestros pecados y al morir Cristo fue ejecutada la sentencia que nos era contraría y fuimos libres (Colosenses 2:14). Un alma por otra alma.


El pasaje de hoy nos enseña dos verdades: somos responsables morales de nuestro pecado; lo segundo es que el pecado trae consecuencias y la consecuencia principal es la muerte, la separación eterna con nuestro Dios santo y justo (Romanos 6:23a), pero por amor, Él nos da, por medio de la fe en Jesucristo la salvación de nuestra alma, como lo dice la escritura: “obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.” (1 Pedro 1:9).

Nuestros pensamientos, sentimientos y voluntad ahora son salvados para heredar la vida eterna por la gracia de Cristo y para gloria de Dios Padre, para que ahora por el poder de su Espíritu, pensemos lo bueno, sintamos el gozo de Dios y seamos guiados por el Espíritu a hacer la voluntad de Dios.


3.- Oración

Señor, me has dado vida eterna por medio de Cristo, has colocado paz en mis pensamientos, puedo experimentar el gozo en mi vida aun en medio de circunstancias adversas y puedo decidir libremente agradarte porque ya no soy esclavo del pecado. En el nombre de Jesús, amén



4.- Alaba a Dios


5.- Reenvía y comparte

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