Ordenando nuestras prioridades
“Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Más las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta”,
Dios sólo nos da una tarea, que nos aseguremos que nuestras lámparas estén encendidas para la celebración, esto espiritualmente significa que debemos estar preparados manteniendo encendido el fuego del Espíritu Santo en nuestros corazones, para el día de su regreso. Las lámparas son una representación de nuestra vida y el aceite es la llenura del Espíritu y su fruto.
Ordenemos nuestras prioridades y estemos vigilantes anhelando el regreso de Cristo desempeñando fielmente nuestras responsabilidades.
Amado Señor Jesús ayúdame a ser prudente, a vivir una vida plena en el Espíritu, manteniendo encendido el fuego de tu presencia, viviendo en santidad y esperando tu regreso. Renueva mi vida, úngeme con aceite fresco, permíteme estar siempre en comunión contigo y cumpliendo con mis responsabilidades. Amén.
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