La ley de la libertad. Parte 3

Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Romanos 8:1-4 Somos libres, no en nuestro propio entendimiento o fuerza, sino cuando permitimos que el Espíritu que hay en nosotros nos guíe. Andar conforme al Espíritu, significa estar de acuerdo, en sintonía permanente con Él. Empezamos este proceso, alineando nuestro pensamiento al pensamiento de Dios escrito en su palabra y luego colocándolo en práctica. El Espíritu me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte, porque mi carne,...