¿Cómo está tu corazón?
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“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”. Salmos 139:23-24 ¿Cómo está tu corazón? Probablemente esta pregunta te llevará a pensar en el estado o la condición física de tu órgano. Dirás: no he sentido ningún dolor extraño, no sufro de arritmias cardiacas, he visitado a mi médico regularmente y todo se encuentra bien. Y aunque externamente nuestro corazón se encuentre sano, no es esto a lo que la palabra de Dios nos está llevando a meditar. En realidad, la pregunta que se nos está haciendo es: ¿Cómo está tu corazón internamente? En ese lugar donde ni los médicos, ni tú mismo puedes llegar. Ahí, donde solo Dios puede entrar y explorar a cabalidad. ¿Qué crees que encuentra el Señor allí? ¿Amor, gozo, paz, bondad, mansedumbre? O por el contrario ¿adulterio, fornicación, envidia, celos? En el Antiguo Testamento podemos ver que los fariseos pensaban, como muchos hoy en día, que su